miércoles, 3 de diciembre de 2014

Siempre la pared, el límite o la posibilidad.

Otra vez trabajamos en construir una postura desde la pared, buscando que ella nos sirva de soporte, siguiendo esta vez algunas sugerencias del profesor David Garrigues, profesor de Ashtanga en Philadelphia.
Como si fuera ella la que nos empuja y no nosotros a ella, emergió Ustrasana.
Los resultados sorprendentes!
Tal y como prometió el profe, era probable que quizás si el contacto con la pared nos mantuviera empujados, y pudieramos sentir la invitación de la parte superior del pecho, el cuello y los ojos a ir hacia atrás en arco, tal vez, seríamos capaces de conectar su caída como una cascada, hacia el suelo.
Y así fue.
Gracias maestro, honro tu presencia en la sesión con estas excelentes aperturas.




MI ALMA SALUDA A TU ALMA

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