miércoles, 25 de marzo de 2015

Yoga paso a paso.


El Yoga te pide paciencia, cada paso que das en una sesión es absolutamente necesario para lo que viene después, aunque pueda resultarte tedioso, frustante y hasta creas que no simboliza avance alguno en tu práctica.
Y del mismo modo lo es en tu evolución personal.
Una buena explicación de ello es este texto debajo acerca del desarrollo en una postura que tomo como ejemplo, sus alcances, y las fotos que lo ilustran. Aunque la evolución de la paloma no termina en estas fotos que vas a ver.
En Yoga todo es así: nada es solo lo que parece.
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De la postura de Paloma - Kapotasana
(O cómo abrir el corazón desde la caderas).
Lo primero en liberarse, al practicar la paloma, es la tensión almacenada en la zona de las caderas y la pelvis, pues no solamente estamos haciendo un estiramiento profundo a nivel anatómico, sino que movilizamos directamente antiguas tristezas, rabias, frustraciones y miedos que han quedado impresos en el cuerpo.
Los músculos y las articulaciones nos sirven como una especie de barrera o coraza para protegernos del sufrimiento, un dispositivo de nuestro cuerpo que nos permite depositar nuestro dolor inconsciente en forma de tensión y rigidez.
Durante la infancia, los niños expresan sus emociones espontáneamente, por eso sus cuerpos son ágiles y flexibles. Sin embargo, con la edad aprendemos a contener la risa y el llanto, a esconder el enojo y callar nuestros pensamientos. Entonces, es normal que la energía no fluya, que no se descargue y quede bloqueada en ciertas partes del cuerpo, frecuentemente en la zona de la cadera y pelvis. Y son las posturas de yoga las que permiten liberar esa energía y acercarnos más a nosotros mismos, al hacernos conscientes a través de nuestro propio cuerpo, el vehiculo sagrado del alma.
La postura de la Paloma Real alivia la congestión emocional que está atrapada en las caderas y la pelvis, para permitirnos abrir el corazón al mundo.
Pero para lograrlo, es importante respetar la progresión de las variaciones de la Paloma, porque toma tiempo ir descubriéndonos y hay capas de tensión que se van soltando poco a poco. Es necesario también encontrar el límite en el cual podemos trabajar la postura sin sobreexigirnos, ni tampoco subestimarnos. Siempre debemos trabajar con la respiración profunda y consciente. La zona de la pelvis guarda un potencial de energía muy poderoso y primario, que busca ser desinhibido, ya que ahí se almacena la energía vital de la sexualidad, la fertilidad y la supervivencia. Esta energía reclama el derecho al placer y el goce. Podemos dejar que fluya si abrimos los canales con paciencia, aprendiendo a relajar los glúteos, separar las piernas, rotar la cabeza del fémur en la articulación de la cadera, descomprimir las vértebras, estirar los músculos de las piernas y abrir la parte frontal del torso para irradiar la luz del pecho.
Lo primero que aprendemos es a encuadrar la cadera, nivelarla sin colapsar hacia un lado o el otro, balance. Es la etapa del equilibrio.
Desde allí nos podemos animar a la flexión anterior, el descenso del pecho al suelo estirando los brazos por delante para exprimir, estirar y relajar.
Y cuando dominamos estas fases, entonces podemos avanzar buscando altura, mayor estiramiento y apertura y, sosteniendo el equilibrio, finalmente, elevar el vuelo.






MI ALMA SALUDA A TU ALMA

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