La persona común es incapaz de aislarse de forma absoluta de su entorno. Por esta razón, en los Yoga Sūtras se recomienda una línea de sentimientos a desarrollar ante distintas actitudes de los demás que pueden presentarse y afectar al yogui.
"La mente se pacifica produciendo amistad, compasión, alegría y ecuanimidad hacia situaciones de felicidad, desgracia, mérito y demérito, respectivamente (I.33) "
El yoga no dispone de un orden moral estructurado "desde fuera", pero sí proporciona una línea general de conducta ante los demás y ante uno mismo: toda moralidad existe para el yogui en función de la liberación, que es el único bien absoluto. Los YAMAS Principios Universales y NIYAMAS Preceptos Individuales conforman la guía ética del yoga. En occidente, cada vez más, sirven de base para un código ético de conducta entre profesores de yoga y entre éstos y sus alumnos.
La primer yama del yoga es AHIMSA-
Se define como: amabiidad, no violencia, compasión por uno mismo y por los demás. Ser consciente de cómo nos tratamos a nosotros mismos, a los otros, y al entorno. Hay que relacionarse con todo y en todos los sentidos con extremo cuidado. Nos dañamos a nosotros mismos cuando tratamos sin respeto a los demás seres vivos y al medio ambiente.
No causar daño (ahiṃsa) es la actitud fundamental. Aunque su estimación sea muy subjetiva, esta actitud debe tomarse en sentido amplio ya que con su práctica el yogui tiende hacia la armonía y la serenidad emocional. Realmente, no es posible actuar sin ocasionar absolutamente daño alguno; la recomendación consiste en optar siempre por la acción menos dañina para los demás. Actuando así, poco a poco se extenderá dicha actitud en el entorno .
© Yogadarshana – Yoga y Meditación
"Cuando la abstención de ocasionar daño se establece en el yogui con firmeza, se abandona toda hostilidad en su presencia (II.35)"

MI ALMA SALUDA A TU ALMA
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