jueves, 11 de agosto de 2011

Mi alma saluda a tu alma

ATMANJALI  es uno de los mudras que uso a diario asociado al saludo de inicio y final de cada clase: NAMASTÈ.
ATMANJALI es el gesto de unir las manos como si fueramos a rezar y es, en sí mismo  una actitud de plegaria, casi un estado de oración, de invocación y oración.
Es también conocido con el nombre PRANAM o NAMASTÊ MUDRA.
Se realiza simplemente uniendo las palmas de ambas manos a la altura del pecho. Algunas veces este gesto se traslada a la altura de la frente, simbolizando la intención de conectar con la fuente de sabiduría interna.  Está vinculado al ANAHATA o chackra corazón y a la energía del Amor. Genera un profundo recogimiento hacia el ser interior, ayuda a la introspección y a serenar la mente, por eso es muy utilizado antes de realizar meditación. Los japoneses llaman a este gesto GASSHO.
Pero además, en muchas culturas y en la práctica del YOGA  se usa como saludo acompañado de una pequeña reverencia: el NAMASTÊ
El gesto del Namastê es parte integral de la cultura hindú.  En este simple gesto radica la intemporalidad de la India, la madre de todas las culturas. Sí hubiera que buscar un gesto representativo del país, sería sin duda alguna el sencillo, humilde y simbólico Namastê. Representa la creencia de que cada uno de nosotros tiene una chispa divina en su interior localizada en el chakra del corazón. El gesto es el reconocimiento de un alma a otra. No necesita una ocasión determinada, se puede hacer en cualquier lugar, en cualquier momento, sin ningún ritual ni condición previa.  Se utiliza siempre, y es la quintaesencia India.
Para realizarlo se colocan las manos frente al chakra del corazón tal como lo hacemos cuando practicamos Atmanjali mudra, se cierran los ojos y se inclina la cabeza. Puede hacerse también colocando las manos frente al tercer ojo, inclinando la cabeza y llevando después las manos al corazón.
Cuando frente a otro ser, agachamos la cabeza con las manos unidas frente al pecho, lo saludamos con profundo respeto y humildad, simbolizando la reverencia a su alma.   Cuanto más pronunciada la inclinación hacia adelante, mayor el respeto que profesamos.  Namastê  es un saludo instintivo e incondicional a la creación,  una bienvenida de paz y amor. En clase de yoga, el Namastê debe realizarse preferentemente al inicio y al final de la misma. El Namastê permite al maestro y al alumno unirse energéticamente en un lugar intemporal, libres de las ataduras del ego.
En una clase además solemos acompañarlo de la pronunciación del término sánscrito NAMASTÊ, cuya traducción está referida a lo divino en el interior de cada ser, al reconocimiento de la divinidad en el otro. 
Mi propio NAMASTÊ es el legado de mi maestra, una bella traducción que cada vez que la pronuncio,  también la honra:
MI ALMA SALUDA A TU ALMA
Gracias maestra!



Fuentes consultadas:
El significado de «Namaste» Atmanjali mudra
  del libro "El Poder Curativo de los Mudras" (El Yoga de las manos)
Autor: Rajendar Menen
YOGA Y EDUCACIÓN